Cuando Fernando García, decorador de Interiores, está planteando al cliente la “cava de vinos” no puede evitar traer a la mente del cliente una serie de imágenes que no va con una casa actual: algo así como una cueva a varios metros bajo tierra, o un salón adornado con toneles y miles de botellas, con una cantidad de elementos decorativos sin uso; en la actualidad la realidad es otra: cada quien puede tener un espacio dedicado al vino en su hogar; eso sí, cada caso es específico debido a las condiciones que necesita un vino y las características del lugar en donde se desea poner.
La inquietud constante de García es cómo y dónde colocar el vino para conservarlo. Pensando en que somos apasionados del
vino y que nos gusta tratarlo bien, normalmente se improvisa un lugar en la cocina en alguna de las esquinas, o en el bar le hacemos un espacio a un lado de los destilados (ron, vodka, tequila); algunos incluso en un closet o debajo de la escalera, porque parece un lugar “fresco”.
García aconseja que desde el inicio de cualquier proyecto se debe pensar y planear muy bien el sitio correcto de la cava de vino, porque normalmente se olvida ya que no es un producto con el que se nace ni es de nuestra costumbre
Son pocos los afortunados que pueden construir una casa a partir de su gusto , actualmente ya existen empresas dedicadas a adaptar un espacio de la casa a esta
milenaria bebida, lo más importante es que la cava sea un reflejo de su gusto personal , y de su consumo favorito: la cava es para alguien que le gusta el vino, que lo disfruta y que lo entiende cada vez más, es un lugar para acomodar ordenadamente su selección favorita, para clasificarlo y sobre todo para conservarlo en buen estado, y si además de esto lo podemos hacer sumamente estético y digno de presumir, creo que podemos tener un win-win
Para tener una buena cava describo los requerimientos necesarios para el resguardo del vino explicando el porqué.
1.- Temperatura estable entre 12 y 14 °C: esta es una de las más importantes cláusulas, ya que cuando varia la temperatura se descompensa el vino, además de que el alcohol se evapora y el vino evoluciona sin control. Es importante medir la temperatura a diferentes horas del día y asegurarse que no tenga una variación de más de 4 °C, de lo contrario se tendrá que instalar un clima artificial.
2.- Luz mínima: hay partículas del vino que son fotosensibles, como los polifenoles; si el vino es sometido a la luz directa, éstos acelerarán su proceso de precipitación. En el caso de que se utilice luz, deberá ser indirecta y del tipo no incandescente.
3.- Humedad relativa de un 60 al 70 %: la humedad es importante, sobre todo para las botellas con corcho natural, ya que si tenemos un ambiente muy seco, el corcho también se secará, se comprimirá y dejará pasar más oxígeno al vino, provocando una maduración
demasiada humedad el corcho se llenará de moho y puede transferir esos aromas al vino; además, una humedad correcta ayuda a conservar en buen estado las etiquetas del vino, que si bien no influyen en la calidad del vino, son importantes en la estética de la botella.
4.- Sin vibraciones: Los vinos tienen moléculas que necesitan tranquilidad para agruparse, a esto se le llama polimerización; una vez agrupadas, el vino sabe suave, completo y armónico. Las vibraciones constantes impiden que esto pase provocando que el vino sepa “desarticulado”. Por eso es importante no tener parlantes cerca de la cava.
5.- Posición de las botellas: los vinos tranquilos (no espumosos) de corcho natural deberán forzosamente permanecer horizontales para que el corcho esté en contacto con el vino y no se seque. Las botellas de tapa-rosca y corcho sintético podrán estar en la posición que se desee. Los vinos espumosos se guardarán parados.
Una vez que la cava cumpla con estas características, García les asegura que los vinos están bien cuidados, correctamente resguardados, y por lo tanto su evolución es óptima. Lo que sigue es la decoración, moderna o clásica, lo cual es una elección personal.